Estas máquinas representan mucho más que simples medios de transporte; forman parte inseparable de la identidad de la nación. Estos vehículos de la década de 1950, han sobrevivido al paso del tiempo, integrándose perfectamente en el paisaje cubano. Su historia se remonta a cuando la isla era un destino popular para los estadounidenses adinerados que los traían consigo y antes de regresar los vendían a los habitantes locales. Aunque no se fabricaron en cuba, los autos clásicos se han convertido en uno de sus mayores atractivos de la isla.
Turismo
Si no has visitado Cuba no conocerás mucho sobre el tema, pero al llegar estas joyas sobre ruedas son las máquinas que más llaman la atención al poner un pie sobre suelo cubano. Los verás al llegar al Aeropuerto como taxis, en el Parque de la Fraternidad como autos de paseo y en muchos de los clubs que han fundado los amantes de estas antigüedades rodantes.
Estos preciados tesoros y su restauración se ha convertido en una forma de arte. Es común ver magníficos Chevrolet de los años 50 equipados con motores de origen ruso, y no te debe sorprender si durante tu viaje observas a algunos siendo reparados o ajustándoles su sistema de escape plena calle. Estos vehículos ofrecen a los visitantes una experiencia única en un viaje al pasado.